
Para dar cabida a las exposiciones y a las curadoras que han cambiado el devenir de la práctica artística, desde su investigación y su producción hasta su recepción, hacía falta un segundo volumen.
Curaduría de Latinoamérica es el resultado de varios años de estudio y análisis de las principales muestras de arte contemporáneo a través de un ensayo introductorio y de un diálogo con las responsables de cada exposición, exhibiciones que, aunque se han dedicado al arte latinoamericano, han marcado el compás a nivel internacional, siendo, en muchos casos, más creativas, más profundas, más inspiradoras o más precisas que las más mediáticas producciones ideadas por y para el centro hegemónico.
En esta continuación se entrevistan a curadoras fundamentales para entender cómo pensar y proyectar la exposición: entre otras, a Catherine de Zegher, Justo Pastor Mellado, Deborah Cullen, Carlos Basualdo, José Roca, Lisette Lagnado, María Berríos, Gabriel Peluffo Linari, Lia Colombino, Andrea Giunta o Cecilia Fajardo-Hill.
Publicado por la editorial Cendeac, marzo 2020.
ISBN 9788415556756

Exposiciones históricas
Se incluyen países que no habían sido abordados en el primer volumen, como Bolivia, Honduras, Paraguay, Uruguay, Haití y las islas caribeñas, acercándonos a instancias de, quizás, una menor envergadura en términos presupuestarios, pero de la misma relevancia que otras abordadas, como las hoy consideradas canónicas ¿o si no lo son, deberían empezar a serlo-.
En Berlín, cerca de comenzar el 2020, y pensando en una muestra que tuvo lugar en Tegucigalpa en 1999. Estaba en un espacio de arte ubicado en Körnerpark, visitando la muestra de creadores latinoamericanos “This might be a place for hummingbirds” guiado por la artista, presente en la expo, Maya Saravia. Estábamos hablando del lugar que tiene en el panorama global el arte de Guatemala. Algo de lo que me dijo me resultó muy relevante:
- Por ejemplo, las tortillas de maíz atravesadas por piercings de Benvenuto Chavajay. ¡Lo hico en el 2009! Fíjate la de artistas que luego han hecho cosas parecidas… ¡Y si lo hubiera hecho otro! ¡O si hubiera nacido acá en Europa! Sería un Joseph Beuys.
Y hablamos también de Regina Galindo, Raúl Quintanilla, de Aníbal López, o de lo que hico Isabel Ruiz en la muestra “Horror Vacui” o en la hondureña “Mua Instala”. Olvidémonos de las comparaciones, que siempre parecen más útiles de lo que realmente son. La vocación de Saravia no es establecer paralelos entre el arte latinoamericano y el europeo, aspirar a su repercusión o su difusión. Su intención es señalar que lo que ocurre allá es tan válido, tan vital y tan sólido como lo que ocurre aquí. O, dicho de otra manera, que el allá puede ser el acá, y el acá, el allá. Una semana antes de mi conversación con Saravia, estaba en el taller berlinés de la chilena Michelle-Marie Letelier. Cuando trabaja con mapas, siempre les da la vuelta: el sur es el norte. Y la anterior semana, compartía un café en Madrid con Pancho López, inmerso en su proyecto de performance latinoamericana. Nos surgió una duda: ¿Tiene algo que envidiar con la performance de otra latitud? Lo importante es que estamos hablando de la práctica artística latinoamericana; da igual si es acá o allá. Hoy se puede aún rememorar, celebrar, homenajear, y, sobre todo, sentirse inspirados por muestras sobre Latinoamérica. Puede ocurrir en Madrid, en Berlín, en Nueva York o en Managua. Porque estas exposiciones son de relevancia internacional.